Tras el tiroteo, Manuela y los Molina descubren la verdad de todo lo sucedido en Manterana. Gracia intenta transmitirles algo de esperanza a sus hijos; en lo único donde la encuentra ella es en el hijo que espera. Tano se siente un monstruo y deja de envenenar a Gracia, tal vez, demasiado tarde. Paca intenta, desesperadamente, resolver los problemas de El Acebuche. Tano y Miguel dan las gracias a Emilio.